¿Cómo actuar ante golpes de calor en bebés y niños?

golpes de calor en niños y bebés

Los golpes de calor en bebés y niños menores de 6 años son más comunes debido a que son más propensos a las alteraciones de temperatura y presentan una mayor dificultad para regular la temperatura corporal, por lo que se recomienda extremar las precauciones en estas fechas.

Es conveniente que los padres y madres conozcan qué es un golpe de calor, cuáles son sus síntomas y cómo actuar ante un golpe de calor si se presenta alguna de estas señales de alerta.

¿Qué es un golpe de calor?

El golpe de calor se produce cuando hay un aumento excesivo de la temperatura corporal como consecuencia de la exposición a altas temperaturas, falta de hidratación o ejercicio físico demasiado intenso.

Cuando el organismo no es capaz de eliminar el calor por sus propios medios, se deshidrata debido a la pérdida de líquidos corporales y se da el llamado golpe de calor. Es importante ser conscientes de que se trata de una urgencia extrema que puede tener consecuencias fatales.

Los golpes de calor en niños son más frecuentes puesto que tienen menos reservas de agua, su temperatura aumenta más rápido que en un adulto y su aparato respiratorio no está tan desarrollado, por lo que son más sensibles al calor. Este aumento de la temperatura corporal es aún más frecuente en bebés, especialmente en menores de un año.

Síntomas de un golpe de calor en bebés y niños

Los principales síntomas de un golpe de calor en niños son vómitos y mareos, dolor de cabeza, fiebre mayor a 39-40ºC, irritabilidad y taquicardia. Cuando el golpe de calor alcanza un estado más grave puede causar incluso desmayos y pérdida de conciencia.

Estos otros síntomas también pueden ser señales de alerta en bebés y niños:

  • Aturdimiento
  • Piel seca y muy caliente
  • Respiración superficial y rápida
  • Calambres musculares o convulsiones

Como los bebés no son capaces de expresarse bien, la Asociación Española de Pediatría hace hincapié en que observar su estado de ánimo en los días de calor, además de otros síntomas más evidentes, es fundamental para actuar a tiempo, evitando consecuencias fatales.

¿Cómo actuar ante un posible golpe de calor?

Un golpe de calor se produce en cuestión de minutos y, si no se interviene rápidamente, puede evolucionar de forma drástica. Hay que tener presente que un golpe de calor en niños es una urgencia médica extrema y, aunque es importante saber cómo actuar hasta recibir asistencia médica, la prioridad es trasladar al niño o niña a un hospital.

Estos son los pasos a seguir ante un golpe de calor mientras esperamos asistencia médica:

  • Colocar al niño o niña tumbado hacia arriba, en un sitio fresco, ventilado y a la sombra.
  • Quitar todas las prendas innecesarias.
  • Poner compresas de agua fría en cabeza, cara, nuca y pecho, nunca hielo.
  • No sumergir al niño o niña en agua helada, ni realizar friegas con alcohol.
  • Si se encuentra consciente y sin vómitos, darle agua fría o una bebida isotónica.
  • Si está inconsciente, avisar al 112 inmediatamente e iniciar la reanimación si es preciso.

En los bebés menores de un año, cuando el golpe de calor se hace evidente es porque ha alcanzado un alto grado, por lo que es vital la vigilancia para actuar a tiempo y, en los días de mucho calor, es fundamental controlar su hidratación.

Si percibimos que el bebé puede estar sufriendo un golpe de calor se recomienda dar suero oral comprado en farmacia y, si el bebé es aún lactante, ofrecerle el pecho. Aunque mejore, es importante acudir a urgencias para que sea valorado por un especialista.

En todo caso, si el bebé pierde la consciencia hay que llamar a emergencias inmediatamente e iniciar la reanimación si es necesaria.

¿Cómo prevenir un golpe de calor en niños?

En estos días de verano en los que encadenamos una ola de calor con otra es muy importante tener en cuenta las medidas de prevención de golpes de calor cuando realicemos actividades al aire libre con niños, vayamos a la playa o al campo.

  • Hidratarles suficiente. Ofrecer agua a los niños con frecuencia y, en el caso de los bebés lactantes, el pecho.
  • Estar fresquitos. Es aconsejable ducharse varias veces al día o meterse cada cierto rato en el mar o en la piscina para refrescarse. Además, es importante mantener a los niños en lugares a la sombra, con aire acondicionado o ventiladores en las horas más calurosas del día.
  • Comer ligero. Las comidas más pesadas aumentan la temperatura corporal durante el proceso de digestión, por lo que lo mejor es preparar comidas ligeras, frescas y con abundantes frutas y verduras.
  • Usar ropa adecuada. En los días de calor se debe optar por ropa transpirable, ligera, holgada y de colores claros, mucho mejor si es de algodón. Además, no podemos olvidarnos de proteger la cabeza de los pequeños con gorras y sombreros.
  • Evitar ejercicio intenso. Hay que evitar el ejercicio físico demasiado intenso en las horas centrales del día. Para esos momentos podemos bañarnos en la piscina cuando sea posible o jugar a juegos de mesa u otras actividades en un lugar fresco y a la sombra.
  • Precaución especial en el coche. Si viajamos en coche durante las horas de sol es importante hacer paradas con frecuencia.  Y, especialmente, no dejar a los niños solos en el coche bajo ningún concepto, ni al sol, ni a la sombra, aunque se dejen las ventanillas abiertas. Desgraciadamente, esta es la causa de golpes de calor fatales todos los veranos. Llame al 112 inmediatamente si ve a un niño solo en un coche.

 

Fuente: AEPED

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