Conjuntivitis alérgica

¿Qué es?

Es una inflamación crónica de la conjuntiva cuya causa es una alergia a sustancias externas.

La conjuntiva es una membrana transparente que cubre la parte anterior de los ojos y el interior de los párpados.

La conjuntivitis alérgica muchas veces se acompaña de rinitis (inflamación de la mucosa de la nariz) por la misma causa. En estos casos se habla de rinoconjuntivitis alérgica.

Se trata de una conjuntivitis rara en el niño pequeño. Es más común en el niño más mayor y adolescente.

No se contagia.

¿Cuáles son sus causas?

Se produce cuando una persona, previamente sensibilizada a un aeroalergeno (partícula que es trasportada por el aire y puede ser causa de alergia), entra en contacto con la misma.

Estos aeroalergenos son similares a los que producen otras enfermedades respiratorias alérgicas (asma y rinitis). Por ejemplo: ácaros del polvo doméstico, pólenes de las plantas, pelos de animales y esporas de hongos.

¿Qué síntomas produce?

No son exclusivos de las conjuntivitis alérgicas. Pueden aparecer en cualquier tipo de conjuntivitis. Aunque algunos son más típicos o intensos.

– Ojos rojos: Suelen estar más enrojecidos que en otros tipos de conjuntivitis.

– Picor o quemazón. Es tan intenso que hace que el niño se frote los ojos con las manos, que parpadee frecuentemente o que guiñe los ojos de forma refleja (involuntaria). A menudo puede confundirse con tics nerviosos o defectos de visión. Esto puede retrasar el diagnóstico.

– Sensación de cuerpo extraño. Como tener arenilla en el ojo. Se debe a que el párpado se inflama por dentro y produce roce contra el ojo.

– Mayor lagrimeo. Es un mecanismo de defensa, de lavado ocular.

– Sensibilidad a la luz, fotofobia.

– Inflamación de los párpados.

– Pueden tener legañas en pequeña cantidad, como finos hilos.

Hay quienes tienen todos los síntomas y otros solo alguno. Además, los síntomas pueden ser muy severos y molestos o a veces casi imperceptibles. Pueden durar desde pocos minutos a varios meses. Y pueden aparecer en una sola estación del año o estar presente todos los meses del año, según el alérgeno causante.

Aunque los síntomas no son graves, pueden llegar a ser muy molestos. Pueden causar dolores de cabeza, falta de concentración, imposibilidad de soportar la luz…. Esto hace que algunos pacientes tengan una calidad de vida muy reducida.

Si se asocia a rinitis aparecerán además los síntomas típicos de la rinitis. Es decir, estornudos en salvas, picor nasal, moco nasal claro y congestión nasal (taponamiento u obstrucción nasal).

¿Cuándo se sospecha la conjuntivitis alérgica?

Cuando se presentan los síntomas anteriores de manera frecuente o repetida.

– Los niños pequeños pueden tener síntomas coincidiendo con catarros por virus. En estos casos, cuando sólo se afectan los ojos sin síntomas de catarro se puede sospechar que sean debidos a alguna alergia.

– En los niños mayores, que no sufren tantos catarros, es más probable que los síntomas se deban a una alergia.
¿Cómo se diagnostica?

En un primer momento se hace por los síntomas que el niño tiene. Es importante la relación de los síntomas con la exposición al alérgeno. Para la confirmación, se tendrá que hacer un estudio alergológico. Se trata de pruebas cutáneas (Prick-test) o análisis de sangre (inmunoglobulina E específica). Estas pruebas nos permitirán saber cuál es el alérgeno o alérgenos responsables de la conjuntivitis.

A veces, si no hay correlación entre los síntomas y el alérgeno puede hacer falta una prueba de provocación conjuntival.

¿Cuál es el tratamiento de la conjuntivitis alérgica?

A. Las medidas preventivas son fundamentales:

Hay que evitar el contacto con el alérgeno si se sabe cual es. Las medidas son las mismas que se hacen en los casos de asma o rinitis de causa alérgica.
El uso de gafas de sol disminuye la fotofobia. También reduce el contacto con los alérgenos ambientales.
Reducir, si se puede, otros contaminantes ambientales como el humo de tabaco, aerosoles, ambientadores, etc.
B En el tratamiento del cuadro agudo se pueden tomar:

Antihistamínicos. Estos pueden darse por boca (comprimidos o jarabe) y/o aplicados en colirios directamente en los ojos.
También son útiles los antiinflamatorios tópicos. Reducen el escozor y congestión.
En los casos más rebeldes puede ser necesario el uso de corticoides en colirio e incluso ciclos cortos por vía oral.
Se puede valorar la posibilidad de la inmunoterapia (vacunas). Se pautan si los tratamientos convencionales no surgen efecto, aunque no suele ser necesario recurrir a ellas.
C. Otras medidas son:

La aplicación de compresas fría que alivian el intenso picor o ardor.
Lavados con suero fisiológico frío.
Lagrimas artificiales.

 

Autor/es:
Juan Carlos Juliá Benito. Pediatra. Clínica Atenea
Grupo de Vías Respiratorias. AEPap.

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